lunes, 2 de marzo de 2015

Pensamientos acosadores

He estado viviendo internada en la Universidad durante los últimos 10 meses y ya dentro de 2 meses podré vivir en apartamentos fuera de la universidad. A pesar de que me emociona un poco la idea de tener un lugar propio más personal por así de decirlo, siento que todo sucede más rápido de lo que me gustaría. La verdad es que me desagradan los cambios porque me recuerdan lo efímera que es la vida. Cuando todo pasa tan rápido mi único miedo es perder a las personas a las que me he acostumbrado. Cuando pienso en lo momentánea que es la existencia no solo mía sino de mis seres queridos me gustaría pensar en que existe eternidad (aún el infierno cristiano suena hermoso comparado al destino de simplemente desaparecer sin siquiera notarlo). Es aterrador ¿no? pensar que todo lo que obtengas en vida no es nada y que algún día no quedará nadie que recuerde tu existencia (seamos honestos, ¿qué tanto sabes del abuelo de tu tatarabuelo?). Por una parte envidio a las personas capaces de confiar ciegamente en promesas religiosas (sé buena persona y obtendrás una eternidad de alegría), pero por otra parte sé que esas promesas existen porque un día muchos siglos atrás el ser humano en todo uso de sus habilidades intelectuales se aterrorizó al pensar que desaparecería algún día, y así nacieron todas las religiones. Claro, no es que esa sea la verdad absoluta, podría estarme equivocando (mejor dicho, espero estarme equivocando), pero en algún momento mi lógica me hizo imposible seguir fielmente las palabras sagradas. Muchas veces pienso que si pudiese al menos creer, podría vivir más tranquila.

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