domingo, 19 de abril de 2015

Cuanto la extraño...

Mi mamá siempre fue mi modelo a seguir. Ella es una persona muy inteligente y no es por alardear, pero tiene una personalidad muy similar a la mía. Pienso que si ella hubiese tenido la oportunidad hubiese llegado muy lejos. Tal vez, mucho más lejos que yo. Ahora yo de hecho estoy muy lejos, muy lejos de ella y no hay día en que no añore verla y abrazarla. Pasó mucho tiempo de mi día preocupada de que le pase algo, porque no soportaría que algo le sucediera estando yo tan lejos. Ella escribió ésto para mi:

MI PEQUEÑO MUNDO
Te contare un sueño, un sueño que parecía realidad, del que no quería despertar pero sucedió
Me fui a tu cuarto, al que Johana y yo hemos nombrado nuestro refugio, me acosté en tu cama entre tus peluches y me quede inmóvil, mirando el techo imaginándote aquí a mi lado. Sin querer me dormí y tuve este sueño;
Veía una luz inmensa abrazadora, a tal punto que cegaba mi vista.
Mami!!!, pude escuchar a lo lejos, me era una voz familiar, y con cada palabra que pronunciaba se hacía más cercano su volumen, y al mismo tiempo la luz dejaba de cegarme, permitiéndome ver la silueta acercándose a mí.
En ese momento sentí como unos brazos pequeños me rodeaban y me apretaban, fue entonces cuando te vi, sonriendo frente a mí, feliz de estar de vuelta y yo, yo estaba aún más feliz de tenerte en la casa de nuevo,
Pero de repente las risas se apagaron, la emoción se disipo, todo quedo en silencio.
Un gran silencio reinó, aún más ensordecedor que el silencio mismo, no quería abrir los ojos aun sabiendo que el sueño había terminado quería seguir dormida para no dejarte ir, pero ya era tarde todo se esfumo.
Al abrir los ojos estaba mi otro Ángel dormida a mi lado, eso mitigo un poco mi pena y aunque sé que estas bien no consigo acostumbrarme a que estés lejos, pero tengo la esperanza de poder acostumbrarme a no tenerte cerca.
Y este fue el mejor de mis sueños porque estabas tú allí abrazándome y sonriendo feliz.

lunes, 13 de abril de 2015

El día en que no pude volver a creer

Si pudiese detener el tiempo ahora mismo y seguir viviendo al menos esta semana o este mes por el resto de mi vida sin duda lo haría. Lo tengo todo, no pido más. Puedo moverme, puedo pensar, puedo sentir, puedo tomar mi celular y hablar con todas las personas que he querido. Sin embargo, cada segundo que pasa es un segundo más cerca de mi destino. Cada minuto lejos de mis padres es un minuto que perdí sin verlos. ¿Qué pasará cuando ellos ya no estén? Me he acostumbrado tanto a solo ver mi celular y recibir un mensaje de mi mamá, ya es un hecho. ¿Qué será de mi el día que por más que revise mi celular, por mucho que la llame o la busque no la pueda encontrar? No sé que haré cuando ya no la pueda ver más. 

Llegará el día en que vea por última vez a todas las personas que hoy son parte de mi vida. Será un adiós eterno, que nunca cambiará. Me gustaría ser joven otra vez, con 18 años debería estar en fiestas sin pensar en el futuro, pero no puedo. Quisiera ser la niña que vivía con mamá y papá y que todavía no razonaba acerca del mundo. Me encantaría creer que si soy buena algún día volveré a ver a todos de los que me tenga que despedir.  Poder decir: "Dios me ve, él me cuida y él me reunirá con todos mis seres queridos" es imposible para mi. Hay tantas religiones que afirman saberlo todo,  pero todas tienen algo en común: hay algo más. El miedo de desaparecer es tan grande que todos necesitan algo en que creer. Sin embargo, "vivir es hacer uso del tiempo que se nos ha dado." Debería seguir un sueño, pensar en el futuro y en mis deseos, pero el futuro es incierto. ¿Y qué si cumplo todo lo que quiero pero en el camino pierdo a alguien importante? Simplemente no puedo. 

El futuro es el lugar en el que mis padres ya no están conmigo, en el que me despedí tiempo atrás de mis abuelos y donde mis amigos lucen distantes. El futuro es el lugar en que no importa que pase llegaré a estar sola. Es donde algún día al mirarme al espejo veré arrugas donde nunca antes vi. El lugar en el que veré a los jóvenes con envidia mientras viven despreocupadamente. El futuro donde me despediré del amor de mi vida, diré adiós al mundo y nunca más despertaré. 

¿Qué hay después? Luego de que no me pueda mover, no pueda pensar y no pueda sentir. Nada. Volveré al mismo estado en el que estaba antes de nacer, no sufría, no me preocupaba, no existía. ¿Por qué quiero ser joven de nuevo? Porque hay personas que viven 100 años y mueren con la esperanza de volver a ver a todos los que conocieron, mientras que yo con 18 años vivo aterrorizada de lo que pueda suceder. No importa lo que haga sigo perdiendo el tiempo. Incluso ahora, he perdido estos minutos. No hay nada que pueda hacer. Estoy segura que si le preguntase a un anciano si quisiera volver a tener 5 años y estar con su madre me diría que sí. Yo también quisiera poder volver. 

A veces pienso que todo lo que siento es estúpido. Es decir, soy una persona y existen más de un millón de personas en el mundo, todas con distintos sueños e ideas. No soy especial, sé que hay alguien que se siente igual que yo, sé que hubo alguien que se sintió como yo me siento ahora y que nunca pude conocer y sé que habrá alguien que se sentirá como yo y con el que yo ni siquiera llegaré a compartir el planeta. Cada vez que veo un bebé pienso en lo afortunados que son, ¡Cuánto tiempo tienen! Yo ya gasté 18 años de mi vida. Mi padre ya gastó casi 50 años de su vida, eso es más de la mitad del tiempo que tiene. No quisiera hablar de mis abuelos. 

Cada día me siento tan ahogada por mis propios pensamientos que gritar por ayuda parece una buena opción. Pero, ¿quién me va a ayudar? Muchas de las personas cercanas a mí tienen fe, no soy nadie para decir algo que ponga en duda sus creencias. Y es que no quiero que nadie se sienta como yo, y me gustaría que todos tuviesen una religión. Es fácil ¿no? sé buena persona y tendrás vida eterna. Es tan perfecto, tan hermoso que me hace envidiarlos. Recuerdo una vez que fui a la iglesia para la misa de graduación de un amigo, el sacerdote dijo: "ahora hay muchos jóvenes que no creen en Dios y se ríen de personas como nosotros, pero yo los veo y siento lástima porque yo tengo algo en que creer y no tengo miedo. Ellos viven en la incertidumbre del mañana." Fue como si algo dentro de mi se rompiese en ese momento, pensar que tuve esperanza pero que ya la había perdido. Cualquier persona religiosa puede verme y pensar "Dios mío, ¿cómo es posible no creer?" Yo los veo y pienso ¿cómo es posible creer? Todo lo que sé desacredita sus argumentos, pero no importa si se los digo, ellos no cambiarán su opinión. Del mismo modo, no importa lo que ellos me digan, yo no puedo creer. He ido a iglesias, templos, mezquitas, etc. y lo único que he logrado es observar como esas personas tienen algo que yo no.

Es curioso, hace unos meses luchaba por no hacerme daño a mí misma y ahora tengo miedo de llegar a perder todo lo que tengo. ¿Existirá ese momento en el que yo pueda ser feliz, sin pensar en nada más?

domingo, 5 de abril de 2015

“We are going to die, and that makes us the lucky ones. Most people are never going to die because they are never going to be born. The potential people who could have been here in my place but who will in fact never see the light of day outnumber the sand grains of Arabia. Certainly those unborn ghosts include greater poets than Keats, scientists greater than Newton. We know this because the set of possible people allowed by our DNA so massively exceeds the set of actual people. In the teeth of these stupefying odds it is you and I, in our ordinariness, that are here.We privileged few, who won the lottery of birth against all odds, how dare we whine at our inevitable return to that prior state from which the vast majority have never stirred?” - Richard Dawkins