lunes, 24 de febrero de 2014

Reflexiones de una niña complicada...

Hace unos días viajé a la capital para una reunión de la beca, son de 6 a 7 horas de viaje en bus, más que suficiente tiempo para pensar... Tiendo a remontarme al pasado y recordar momentos que parecían tan perfectos donde creía haber encontrado la felicidad y así lo sentía; luego recordé como finalizaron todos y cada uno de esos "momentos felices": drama, depresión, llanto... Comparé eso con lo que siento ahora y sinceramente tengo un nudo en el estómago, estoy llena de dudas y no tengo muchas expectativas en el futuro. Quisiera no sentirme así, poder decir que todo está bien o que estoy feliz pero... No lo estoy. Aún así quiero seguir, siento que puedo llegar a algún lado. En serio deseo conocer a ésta persona, cada día me interesa más.Tengo miedo de lo que está pasando, posiblemente me esté enamorando y demasiado rápido. Este sentimiento de auto-protección me dice que mantenga algo de distancia, pero  gana el hecho de que soy demasiado feliz cuando hablo con él. Lo cierto es que pienso demasiado en él y no sé si el lo sepa, constantemente estoy nerviosa respecto a que decirle y parece que todos los consejos que puedo dar acerca de las relaciones son imposibles de aplicar ahora. Si enamorarse fuera un juego creo que yo perdí...

Cambiando un poco el tema (ya he dicho que es costumbre) hablar con mi mejor amiga acerca de mi problema fue la mejor decisión. Tenía tanto miedo de decirle a mi madre que desviaba el tema incluso cuando ella preguntaba. Entonces, llega la "salvaje" de mi amiga a mi casa y sin consultarme, habla directamente con mi madre. Luego se va, y tengo esa conversación un tanto "temida" por mí y por fin siento que puedo respirar de nuevo, vuelvo a sentirme segura y protegida. En ese momento cuando mi madre me preguntó ¿por qué no me dijiste nada? busqué una respuesta, pero ni siquiera yo lo sabía, no es que desconfiara de ella. Creo que he desarrollado el hábito de "hacerme la ciega" cuando algo va mal, pienso que negando el problema y fingiendo que todo está bien en algún momento cambiará y esa es una forma de pensar estúpida, lo sé. Creo que solo soy demasiado cobarde... Es un problema grave. Ahora me llevó a prácticamente encubrir algo que no era mi culpa y me afectaba a mí.

 Conozco a alguien que es como yo, mi madrina. Ella es muy inteligente, le gusta leer, tiene pensamiento crítico pero al igual que yo no controla sus emociones y niega sus problemas. Actualmente sufre de VPH contagiado por su propio esposo y aún así no es capaz de dejarlo. No quiero terminar en una situación así. "Los tontos aprenden de experiencias, pero los sabios aprenden de la historia" Es un pensamiento que contradice un poco la creencia popular, pero en el momento en que lo escuché por primera vez mi mente y mi corazón se pusieron de acuerdo en un momento y dijeron: "es cierto"... 

Al razonar la única respuesta que encuentro a mi comportamiento es algo compleja. Es como si en todo momento fuese dos personas diferentes: la primera, confiada, inteligente, fuerte, autoritaria, independiente, siempre tiene la razón, con una respuesta sarcástica a todo, un análisis crítico de las situaciones y las demás personas, que siempre sonríe y hace sonreír a los demás, se aburre rápidamente y es sincera en todo momento, sabe lo que los demás desean escuchar pero no busca complacer a nadie, que no siente vergüenza en ninguna situación y es capaz de rebelarse cuando considera algo injusto, la que se considera "perfecta" o intenta serlo... La que es amada y odiada por el mismo motivo, la que la mayoría de las personas conoce; y la segunda, esa niña que se siente incluso más pequeña que su estatura de 1.52 metros, tímida, callada, asustadiza, llorona, la que camina por la mitad de la ciudad llorando, que no es capaz de decir "no" aún cuando algo le hace daño, se considera a sí misma fea, impone un muro entre sus sentimientos y las otras personas y al ser éste derribado se encariña de forma que incluso ella considera enfermiza, no se siente aceptada por los demás, pierde rápidamente la paciencia y se enoja con todos, vive ahogada en pensamientos autodestructivos, se esconde de los demás porque se siente débil, inútil, desesperante; siempre deprimida y sola; y siempre esperando a que llegue alguien, se percate de su existencia y le diga: No te sigas escondiendo, quiero conocerte; tal vez ella sea la versión más realista de mi misma. 

A medida que he crecido me he percatado de mi propia debilidad y he fragmentado mi personalidad, mostrando al mundo la versión más confiada de mi misma y escondiendo todo sentimiento que representara  esa debilidad, al punto en que han llegado a decirme: "eres fría, no tienes sentimientos". En casos así me he reído y he respondido: "oh, ¿tú crees? puede ser"... No me considero una buena persona, pero sí soy demasiado sentimental, hacerme llorar creo que es una de las cosas más sencillas del mundo y por ello siempre me sentí avergonzada y decidí ocultarlo. Siempre he odiado a las niñas lloronas que creen que así se resuelve todo y que deben ser tratadas con "extrema delicadeza", ¿quién iba a decir que soy una de esas? para mi propia desgracia...

(Nuevamente, cambiando el tema...)
Un muchacho empezó a chatearme al facebook y parece que soy su "amor a primera vista". Se preocupa tanto por lo que yo piense de él y quiere conocerme y obviamente que yo lo conozca a él. Con un día de conocerme empieza a contarme sus problemas y yo no sé que decir... Odio ser pañuelo de lágrimas, como ya he dicho todos tienen sus propios problemas y no estoy interesada en problemas ajenos, gracias. Pero eso es algo que no podría decirle, no soy tan cruel. Actualmente solo me interesa la vida de mi novio, mi familia, mi mejor amiga y de mis dos mejores amigos. Al pensar de éste modo siento que soy mala, pero la experiencia me ha dicho que las demás personas nunca están presentes cuando lo necesitas y algunos aún estando presentes en lugar de ayudar deciden "informarte" que sus problemas son más graves que los tuyos (gracias, eso seguramente me hace sentir mucho mejor). Creo que este es el momento donde empiezo a cantar "Soy rebelde" de Jeanette ¿no? 

Luego de escribir y "desahogarme", la niña débil ha vuelto a esconderse junto a su tristeza y nuevamente me siento tranquila y confiada. Es curioso como el escribir mis malos sentimientos los hace volar... y me ayuda a encontrarme y recuperar mi lucidez.

Otra canción que me fascina: The Hell Song - Sum 41

No hay comentarios:

Publicar un comentario