miércoles, 28 de diciembre de 2016

¿Y si digo la verdad?

Ya que últimamente no escribo muy seguido, para este nuevo año decidí empezar una series de historias cortas de ficción, entre otras cosas. Esta es la primera.

No sé como decirte esto. No sé como actuar. Tal vez obtuve lo que quería. Tal vez no soy tan libre como pensaba. Probablemente nunca supe lo que quería. O quizás me equivoqué.

"Nunca tendría algo serio contigo." Le dijo ella mirándolo a los ojos. En su mente pasaban tantas cosas. Sentía su propio corazón latir con fuerza y su estómago se revolvía a medida que mentiras salían de su boca. "Te quiero," deseaba decir o "de verdad me gustas," hubiese sido apropiado. Mas no podía decirlo. Ella había sido advertida. Él era ese tipo de hombre, de aquellos a los que no se les debe entregar el corazón. Al menos eso creía. Después de su última experiencia, otro amor fallido estaba fuera de cuestión.

Sin embargo allí estaba, deslizando sus uñas suavemente por su cuello, abrazándolo, acercándose poco a poco, buscando su punto débil, y lo encontrándolo. Él la miró a los ojos y dudó por un segundo... Luego la besó. Y ella sintió de nuevo. Su corazón de hielo se derritió un poco, tal vez era posible seguir adelante. Por momentos sentía que podía amarle, esos momentos eran interrumpidos por las advertencias que ya había escuchado. Pero ella quería amarlo aunque fuera por un minuto, aunque a penas se conocieran. Así que cerró sus ojos. Cerró sus ojos y finjió que él no había escuchado la mentira que ella había dicho. Soñó por un momento que aquello era un comienzo, no una historia de un solo capítulo. Y luego él se detuvo. "Ven," dijo, tomandola de la mano y llevándola a su habitación. Luego la beso nuevamente, más profundamente que aquellas timidos besos de hace un momento. Sus deseos parecían cumplirse, aquel beso lleno de pasión tenía sabor a futuro.Un futuro que sería arruinado por sus propios miedos, algo que ella aún no sabía.

Después de ese día ella no quería desperdiciar ninguna oportunidad para besarle, pero tontamente buscó construir muros para que el amor entre ellos jamás existiese. Entre más le gustaba, más se asustaba. Sabía que si reconocía lo que estaba sintiendo pronto aparecerían los celos. En su estado aquellos sentimientos negativos podrían ser la diferencia entre una sonrisa o el total colapso de su propia sanidad mental. Los sentimientos suicidas se desvanecían un poco cuando él estaba cerca, pero ella necesitaba esa distancia. Necesitaba protegerse de sí misma. En una de esas ocasiones cruzó una linea o mejor dicho levantó una muralla que no sería capaz de derrumbar luego, sin importar sus esfuerzos. Al salir con un grupo de amigos, se apartó de él para favorecer a alguien más. Él, que había finjido no escuchar las mentiras que ella había dicho se convenció de que era momento de aceptarlas como una verdad. Ella lo había arruinado.

En silencio recordaba su primer beso con él. No fue después de decir que "nunca tendría algo serio con él," fue algunos días antes de eso. Luego de salir juntos una noche. Caminando lado a lado sucedió. Se miraron a los ojos y ambos sabían lo que querían, las palabras no eran necesarias. Pronto el miedo de un corazón roto tomaría poder sobre ella y la haría decir esas plabras, las palabras que tal vez nunca debía haber dicho. No obstante, se acababa su tiempo. Ella ser iría lejos y sabía por experiencia propia que las relaciones a distancia no eran lo suyo.

Y ese futuro se convertía en una historia de un solo capítulo, justo como ella temía, mientras ella buscaba medidas desesperadas para aparentar frente a él. Para mostrar que todo estaba bien, que su corazón no se había movido ni un poco con aquellos besos. Ella sabía lo que hacía, lo estaba apartando, matando cada pequeña oportunidad de ser algo más para él. Él creyó que era "el niño de los besos" para ella, él pensaba que ella lo veía como alguien en una situación inferior de alguna manera. Él creía que ella tenía "experiencia" en ese tipo de situaciones. Oh, si supiera el desastre andante que era ella en ese entonces.

El tiempo pasó y las experiencias se acumularon y apilaron como una historia olvidada. La distancia no disminuía incluso cuando estaba frente a él. Luego de tres años estuvieron frente a frente de nuevo. Él le habló y le dijo que la quería, ella quería creerle. Lo miró a los ojos pero no encontró nada, escuchó sus palabras pero sonaban vacías. Es el alcohol en su sangre repitió repitió ella mentalmente, mientras él seguía profesándole su amor eterno. Ella decidió traicinar todo lo que creía solo para sentir la verdad. Se besaron. Un beso apasionado que no parecía acabar. Eso era un problema, ella no lo estaba sintiendo. Entraron a la habitación a hablar. Otro beso más profundo que el anterior. Ella buscaba desesperadamente algo, un sentimiento, una emoción, pero no había nada, no habia nada más que deseo y lujuria. Eso era todo lo que venía de él. Su estómago se revolvió y sintió como sus ojos amenazaban con inundarse. Otro beso, solo porque quería mentirse a ella misma, nada de nuevo. Alguien los interrumpió, ella se apartó. Él siguió insistiendo. Sus palabras podrían haberla convencido, tal vez cinco años atrás, pero ahora sí ella entendía mejor las situaciones. Ella sabía que a veces las personas mentían acerca de sus sentimientos para obtener algo a cambio. Otro momento a solas y otra declaración de amor. "No voy a recordar nada mañana. Pero te estoy diciendo la verdad. Te lo juro," él insistó. "No te preocupes, si mañana te sientes igual entonces hablaremos más," repetía ella con cierto dolor en su corazón. Él se arrodilló frente a ella y ella vio en sus ojos de nuevo, vacíos. Ni siquiera la pasión de tres años atrás, ya no quedaba nada más que una entrada en su lista por tachar. Él intentó besarla pero ella lo abrazó en su lugar.Y él la abrazó también, muy fuerte, era casi doloroso. Aun así no era tan doloroso como sus palabras, tan falsas. La abrazó por un largo tiempo y ella sabía, sintió ese calor que ella había aprendido a identificar. Él no la quería a ella, él quería su cuerpo y ella fingía creerle. Ella olvidaba todo lo que la experiencia ya le había enseñado para darle el beneficio de la duda a él. En el fondo, ella esperaba escuchar palabras similares al día siguiente, cuando él estuviese en sus cinco sentidos. El abrazo parecía nunca terminar, hasta que ella se apartó y se fue, mientras él decía que esperaría por ella, porque ella era su alma gemela. Oh, agridulces mentiras.

Lo primero que él dijo al día siguiente fue "¿si te dijera que no recuerdo nada de anoche, me creerias?" . "Si tu me lo dices, yo lo creería" respondió ella a su directo mensaje. Luego de un par de mensajes ella se atrevió a preguntar: "¿de verdad no recuerdas absolutamente nada?" El admitió recordar la primera conversación y el beso. Entonces "¿Dijiste que te gustaba porque lo sientes o porque estabas tomando?" preguntó ella aferrándose a la poca esperanza que quedaba. Su respusta fue como una balde de agua fría para ella, no una sorpresa, no obstante. Él respondió: "En cierta parte si me gustas porque eres mujer. Eres muy hermosa y claro que me atraes físicamente, digamos que sentimentalmente tambien pero no tanto porque eres y has sido bien seca conmigo desde que te conozco y siento que no me harás caso." Ella sintió un hueco en el estómago, trató de explicar su ideología de decidir por cuales personas enamorarse y se disculpó. Él le dijo que no se disculpara y que todo era culpa de él por creer que podía tener algo con ella. El resto de la conversación solo destacó lo obvio, ella solo era una conquista más pendiente, sus propias paredes habían funcionado demasiado bien.

¿Y si dijese la verdad? Si admitiera que está nerviosa cuando él le habla y que se arrepiente mil veces de sus palabras ¿le creería él? Si ella intentase ser algo más que un nombre por tachar en una lista imaginaria, si fuese cariñosa y sincera como debió serlo en un principio ¿valdría la pena? Exponer su debilidad frente a alguien que solo brinda palabras vacías, tal vez ella sigue estando tan loca como hace tres años. Una nueva clase de locura, o simplemente nada ha cambiado, ella no ha madurado como estaba tan orgullosa de creer. Algo si era seguro él nunca fue solo "el niño de los besos" para ella, pero ya no importaba. Él no lo creería ahora.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Carta a un alcohólico

Estuve debatiendo por un tiempo buscando una forma sutil de decir esto. Odio lastimar a las personas que amo, pero parece imposible decir lo que quiero decir de alguna forma no dolorosa. Así que lo siento.

Desde que tengo memoria siempre ha sido lo mismo. Uno de mis más viejos recuerdos es una mañana años antes de que Johana siquiera naciera. Llegaste tarde en la noche y pusiste música a todo volumen en la madrugada. Me desperté e intenté discutir contigo. Mi madre se despertó luego y yo fui a mi cuarto. Estabas borracho ese día. La mañana siguiente, yo no quería ni verte, mucho menos hablarte. Te enojaste y le reclamaste a mi madre porque creías que ella me había dicho que te ignorara. Ella no me había dicho nada, a los 5 años de edad sabía lo que hacías y no me gustaba.

Otro de mis recuerdos es de cuando estaba en segundo grado. Una noche mientras intentaba dormir, tú llegaste borracho de nuevo. En ese entonces aún compartía cuarto con ustedes. Halaste a mi madre por el cabello y la llevaste al comedor. La empujaste y le gritaste que debía dormir con los perros en el patio porque allí es donde pertenecía. Regresaste al cuarto y tomaste cada una de las almohadas en tu cama y se las tiraste a ella en el comedor, luego regresaste al cuarto a dormir. Yo estaba asustada, tenía 7 años. Te hablé y te dije que si mi mamá no podía dormir contigo en tu cama, por favor le dijeras que ella podía dormir conmigo en mi cama. Te levantaste y le dijiste que yo decía que podía dormir conmigo. Ella lloraba y te decía lo injusto que eras. Esa noche durmió en mi cama conmigo. La escuché llorar en silencio hasta que me quedé dormida.

Ese año fue el peor año. Recuerdo sentir miedo de ti. Creí que en cualquier momento en lugar de atacarla a ella, me atacarías a mi. En una ocasión le dije a mi mamá que yo no estaba segura de qué sentía hacia ti. Le dije que no sabía si te quería porque siempre estabas borracho. Era verdad, en ese entonces no sentía cariño hacia ti. La noche que nació Johana la pasaste totalmente borracho. No estuviste en el hospital, ni siquiera lo intentaste. Preferiste tomar toda la noche. "Celebrar" con alcohol parecía más importante.

Para ese tiempo perdiste el bar y empezaste a trabajar con mi tío. La situación parecía mejorar. Ya no eras tan agresivo, probablemente por Johana, ella era una bebé ¿Por qué cambiaste por ella pero no por mí? Tal vez era que me había acostumbrado a verte de esa manera, o que ya no compartía cuarto con ustedes. Tal vez es porque debías rendirle cuentas a mi tío y no podías hacer lo que te diera la gana. Solo se que pasado más tiempo contigo borracho que contigo sobrio. No es de sorprender cuando el único momento en que estás sobrio son las mañanas cuando te despiertas después de una noche de tomar.

Siempre has hecho todo por mí. Lo sé, sé que me quieres, siempre has estado cuando te he necesitado. Por eso ha sido difícil decir algo por tanto tiempo. Creí que si nos llevábamos bien, no importaba que tomaras porque siempre estabas aquí. He tratado de ignorar todo lo que haces, de encerrarme en mi cuarto las noches que te oigo llegar obviamente borracho.

No puedo decirte nada cuando llegas borracho porque negociar con un borracho no tiene sentido. Al día siguiente cuando no estas borracho, no quiero decir nada porque no quiero lastimar tus sentimientos. Quisiera que todo estuviese bien. Debo respetarte y mantenerme callada, eres mi padre.

Antes de irme a los Estados Unidos estuviste tomando casi todos los días y cuando regresé a visitar no hubo noche que no llegases borracho. En esta ocasión parece que la tradición continúa. Viajé aquí para estar con mi familia.  Podría aprovechar e irme a una discoteca a tomar y no regresar hasta el día siguiente, eso es lo que hace la gente de mi edad ¿no? Pero no lo hago. No lo hago porque sé cuales son mis prioridades. Sé que tengo responsabilidades, las cuales no podría cumplir si hiciese eso, si me comportara como tú lo haces.

Te amo más cuando estoy lejos porque solo tengo que pensar en tu recuerdo. Cuando pienso en ti, pienso en el padre atento, el que se preocupa por mi y siempre responde cuando lo necesito. Pienso en el padre responsable que siempre se aseguró que no me faltase nada, el que me apoyó en todo lo que quise intentar y que me permitió estar donde estoy ahora. Eso es lo que pienso de ti, pero cuando vengo aquí a verte, la mitad del tiempo no eres esa persona y solo me queda ver la realidad. ¿Es tan horrible que esté aquí que tienes que tomar cada noche? ¿Siquiera recuerdas la mayoría de los días que has pasado conmigo y las cosas que me has dicho? Nunca estoy segura de si recordarás o si lo que digo es importante para ti.

Y tú te enojas, te enojas con todo el mundo como si todos tuviésemos la culpa de lo que pasa. Como si mi madre hubiese hecho algo más que cuidar de nosotras y de paso cuidar de ti. Como si fuese nuestra responsabilidad vivir pendientes a lo que tu quieres y a tu vicio. ¿Qué culpa tiene Johana con 12 años de que no hayas podido pasar la noche de navidad borracho tomando como el alcohólico que niegas ser? Pero, tú tenías que arruinarlo para ella no. ¿No tienes miedo de que cada día crece un poco más y se da cuenta de lo que haces y que pronto pueda perder su respeto hacia ti? Yo estaría aterrorizada si fuese tú. Aunque la verdad, ella no ha visto ni la mitad de las cosas que yo he visto.

Yo soy feliz cada día que no tengo que pensar en tus problemas o mejor dicho en tu problema. Papá eres un alcohólico lo has sido desde que tengo uso de razón y no pareces tener intención de cambiar. ¿Qué estás esperando? ¿Que alguien más te lo diga? Yo te lo estoy diciendo. Y te he conocido toda mi vida. O esperas que la verdad te pegue en la cara, oh espera, ya lo hizo, perdiste un diente en esa lección. Lo que tú haces no es normal. He crecido escuchando las historias de mis amigas y amigos que nunca tienen que preocuparse si sus padres están borrachos. Pueden tener muchos problemas, pero el alcohol no es uno de ellos.

No hay nada mas que pueda decir que no hayas escuchado. Para mi serías un padre perfecto si pudieses por un segundo darte cuenta de cuando daño le haces a los demás. Si al menos aceptaras que tienes un problema. Nunca he pedido que cambies nada de ti, lo único que me haría feliz es que trataras de vencer el alcoholismo que crees poder ocultar.

viernes, 21 de octubre de 2016

Estoy loca....

Quiero hablarle. Sé que no debo, mi mente me detiene cuando lo intento. Quiero responderle, pero tengo miedo. Quiero decir gracias, pero sé que encontrar motivos para estar agradecida sería resultado de extremo optimismo combinado con  síndrome de Estocolmo.

Aún así quiero hablarle, pero tengo miedo. Tengo miedo de que sea la misma persona que conocí, que no halla crecido un solo día. Que me destruya de nuevo. Han pasado tres años. No puedo creerlo, tres años sin él, cuando un día creí que cada día estaría con él, debo haber perdido mi cabeza en aquel entonces, y aparentemente aún no aparece.

¿Es esto curiosidad? Pero curiosidad no justifica una estupidez tan immensa. Oí que se casó, y me sentí feliz por él. Desee que hubiese encontrado esa persona que le abriera los ojos, alguien que hiciese lo que yo nunca pude. Creo que debe ser síndrome de Estocolmo, ¿cómo puedo desear felicidad para él entre tantas personas? Pero ya no puedo odiarlo, aunque a decir verdad no recuerdo haberlo odiado ni por un segundo. ¿Cómo es que al pensar en él los buenos recuerdos no se ven empañados por todos los desastres? Tal vez el tiempo te hace conservar lo bueno y dejar lo malo atrás.

Quisiera responder, pero aún al concentrarme puedo sentir como se rompió mi corazón aquella vez, como la primera vez. Aún puedo recrear el sentimiento de soledad que dejó cuando me dio la espalda. Todavía me odio un poco por haber salido de esa situación solo porque él no pudo controlar su temperamento. Yo nunca me fui realmente, yo me alejé, me cansé, me llené de rencor, pero nunca fui lo suficientemente fuerte para irme. Y por eso una parte de mi nunca podrá perdonarme. Me traicioné a mi misma por tanto tiempo que casi me perdí.

Me hizo depender tanto de él que cuando se fue un día yo no sabía como vivir. Sin embargo, yo ya lo sabía, desde un tiempo antes sabía que se acabaría, pero nunca creí que sería él el que se iría. Recuerdo como me repetí a mi misma que tenía que ser fuerte y distanciarme, pero para ese entonces no era lo suficientemente fuerte para dejarlo. En retrospectiva qué tonta fue aquella decisión de tener una relación sincera. Una relación sincera con la primera persona que apareciera.

Y es que el amor para mi siempre fue una decisión. Desde aquella persona que nunca nombro que destruyó mi capacidad de sentir afecto hace ya 7 años, el "amor" siempre fue una decisión para mi. Conocer a una persona y caer enamorada sin darme cuenta es un sentimiento que desconocía hasta hace poco. Antes, bastaba con decir "no quiero sentir nada" y aquella persona se convertía en nada para mí. Realmente, no sentía nada. Que persona más fria debo haber sido. Algún día contaré las historias de crueldad que seguramente influenciaron mi "karma."

Un día, a los 16 años de edad decidí que era tiempo de dejar de jugar. Me había aburrido de no sentir nada "especial" por nadie. Luego de un par de decepciones, lo encontré a él casualmente por la calle, un viejo conocido. Y por segunda vez en mi vida dije, "voy a amar a esta persona." Y así fue, desde el primer día. Aún ahora me pregunto si tomar esa decisión fue lo que marcó todo, porque en ese entonces creía que para amar y ser feliz, solo se necesitaba estar en una relación verdadera (no como con todos los "novios" que había tenido anteriormente. Pero eso es otra historia...). De verdad no tenía idea de como funcionaban las relaciones. Me sentí feliz por un tiempo, porque por primera vez había una persona, solo una persona que estaba solo para mí. Así inocentemente (estúpidamente) me acostumbré a él. Luego fue difícil darme cuenta de lo que estaba mal.

Pero ahora lo recuerdo... ahora recuerdo todo lo que estaba mal... desde el principio. Creo que si existiese una cantidad predeterminada de malas decisiones que puedes cometer en la vida, la habría gastado toda en esos 8 meses que estuve con él. Pero aún así sonrío al pensar en lo que sentí, a pesar de que todo estaba mal, yo fui feliz a instantes, cortos instantes, intercalados con sufrimiento y problemas. Pero esos instantes se sintieron reales, fue lo único que se sintió real luego de todo lo que pasó con Max.


23-06-2016
no se... hola? como estas por alla?
me recuerdas?
o almenos al estupido q te trato horrible?
bueno quisiera tener una conversacion contigo en plan (disculpas)
De todos modos, me gustaría hablarle como a un amigo con el que comparto tantos recuerdos.

23-06-2016
mmm bueno me dices
si se puede o almenos el no para no esperarla saludos
Pero luego me doy cuenta que algunas personas no cambian tan rápido, incluso si lo intentan. Y que él parece ser el mismo. Y si es el mismo, ya sé como todas sus conversaciones terminan.

Quisiera hablar con él, pero no lo haré porque sé que encontraré a la misma persona que una vez conocí.

*Por cierto Max es un mitómano (no, no estoy exagerando. Él ha mentido incluso respecto a su nombre, sus relaciones, sus gustos, cosas simples, y cosas complejas. Simplemente no lo puede evitar y todos a su alrededor lo saben). Es probablemente la persona que mas me ha mentido en toda mi vida, pero también es probablemente una de las personas que más estuvo allí en situaciones difíciles para escucharme y siempre responder lo que yo necesitaba. Digamos que las cosas que escribo en el blog ahora, en el pasado se las hubiese contado a él por teléfono, incluso si demoraba horas hablando, él siempre escuchaba.

jueves, 20 de octubre de 2016

One of those nights

It is getting harder and harder to breathe. My throat hurts; my eyes fill up with tears. In the prelude of my pain I can feel it; tonight is one of those nights. As I wash my face I look at myself in the mirror. Is this really worth it? I am full of anxiety; I am afraid of the future. With each second that passes my anxiety grows. What I am doing here? Just wasting my time. I try to think about the things that make me happy, but those same thoughts only increase my anxiety. Time seems to slip through my fingers. 

I feel like I am chasing something to never reach it... Or is there something chasing me instead? The future awaits for me, and my destiny is written. I do not have to look for a meaning, I know I am only here to disappear, and I wish I were not aware of this. I write because it eases my pain, even when most of this does not really make sense. I have to write because otherwise I feel I will not be able to breathe again. My throat keeps hurting; I hate this feeling. My mind will not leave me alone, even if I try to run away from my thoughts. I am yet in another edge. The edge between giving up and living in fear, or holding on to the smallest bit of faith that I may have left and making my life simpler. But this faith is dying as time passes not only for me, but for everyone I may care.

 I am living in a comfortable position right now since I have not lost anyone, but what is going to happen when time really passes over someone I love? I live in fear; I live in agony; I live waiting for the worst; I live in jealousy. I want a simple mind. I want to just go with the flow, and to never care, but then, that would be a totally different person, not me. At this point I feel that anxiety is something embedded in me; it is becoming who I am, and I am slowly disappearing. Happy moments leave me with a sour aftertaste because I feel how they quickly end, and sad moments are devastating because I have nothing but logic to hold on to. My life is comprised of  "I am so happy, but this will soon end, I know it" and "this sucks, but that is just how life is. A bad decision, a situation." Could haves are slowly fading away. I do not like to think about how things could be, because each lost chance is nothing but that, I cannot change the past.
If I could go back in time just for a second, if I could fix this, if I could just apply what I know now, I would do it. I would be so happy to make different decisions, but I cannot do it now. I cannot fix the past, I cannot change what it is done. I do not want to think about it, because it hurts. It hurts knowing that one simple choice, one simple word or even better one simple silence could make everything so much different now. It turns out that it does not matter how much I wish it, I cannot stop time and I definitely cannot go back.
I remember becoming 15 and wishing that time would stop there (now I know that I can stop the time for myself; I would "just" have to die. Time stops for me, but it keeps running for other people. The world does not care). In all my infinity teenager stupidity I already knew my biggest desire, I did not want to grow up. Now that I grew up a little bit, I know being an adult feels good. For the first time I get to decide, but for the first time I am alone with my decisions. I am 20 and if somehow I could just go back in time to the time when I was 6, I would do it in a blink. I miss my home; I miss my past; I do not miss my past me. I think back at when I was in high school and it seems and endless carousel of bad decisions and cringeworthy actions. However, I feel like at some point I lost my youth. I stopped been a child and became an adult, an old adult. I should be enjoying life, aren't I just in the age to do so? but instead I am getting filled with anxiety. I just hate goodbyes... I guess.

Now, I can breathe again. Somehow I went back to myself. I close my eyes and open them again... I am still here... I wonder, for how long will this be true?
 

miércoles, 25 de mayo de 2016

Tiempo Antes

Me despierto y veo a través de la ventana de una habitación que no es mía. "¿Qué estaba haciendo aquí? Oh ya lo recuerdo." Miro a la persona que duerme silenciosamente a mi lado. "Estaba con él... de nuevo..." En mi lento despertar recuerdo mi sueño, algo feliz y algo triste... ¿Qué era lo que él decía en mi sueño? Ah si, él decía:" te amo solo a ti." Mis ojos se llenaron de lágrimas y recurrí a mis amigas, siempre dispuestas a leer mis depresivos mensajes. Les conté como había amanecido con él de nuevo, a mi gran pesar, y les conté acerca de lo feliz que me sentí en aquel sueño.

La verdad era algo diferente, aunque no lo dijese en voz alta. Era domingo por la mañana, así que nos apresuramos a desayunar mientras aún había tiempo. Tomamos una ducha y fuimos al comedor. Hablamos y sonreímos como de costumbre. Su amigo, que nos había acompañado un rato se retiró dejándonos a solas. No había mucho que hacer los domingos. Vimos algunos videos en su computadora y luego una película. Tiempo después, confiando en que su amigo no volvería pronto, nos dispusimos a hacer cosas más personales. Una vez que terminamos lo vi a los ojos y lo besé mientras pensaba: "Parece que de verdad lo quiero. Estoy jodida." Él me dijo: "te adoro," había tomado esa palabra como una forma de decir que me quería sin decir que me amaba. Para el poco conocedor un "te adoro" podía significar mucho más que un "te amo," pero yo... yo sabía exactamente porque él usaba esa palabra. Decidí tomar el cumplido sin pensar en las razones.

 Después pasó lo inconcebible. Luego de vestirnos y retomar la divertida actividad de ver videos en youtube, él empezó a enviar y recibir mensajes de texto. Bajé la mirada discretamente, su nombre aparecía en la pantalla. Sentí como mi corazón se desmoronaba un poco, pero no dije nada, ya era hora de cenar.

Mientras cenábamos algunos amigos nos recordaron de una fiesta de cumpleaños que habían planeado en un parque. Decidimos ir, y no tardamos mucho en llegar gracias al scooter que el había comprado recientemente. Que conveniente. Al llegar notamos que una amiga mutua no estaba en la fiesta. Le dije que le enviase un mensaje ir a recogerle en caso de que no tuviese como transportarse. Él sacó su celular y abrió sus mensajes recientes, rápidamente buscó el nombre de la amiga en cuestión y se dispuso a escribir, pero el daño ya estaba hecho. Malditos y benditos sean todos estos años de lectura. En menos de una décima de segundo pude leer su último mensaje para ella, su novia, ese mensaje decía: "te amo, bebé." Al final mi amiga dijo que no se sentía bien y no asistiría a la fiesta, y yo estaba ocupada desmoronándome en piezas.

Necesitaba un momento para pensar así que busqué a una amiga cercana que había asistido a la fiesta y me alejé un poco del lugar con la excusa de que nos tomaríamos fotos. Sentí un dolor agudo en el pecho y me quedé sin aire. Me senté un momento y recapacité. Ya había visto mensajes similares muchas veces, incluso antes de que algo sucediese entre nosotros. ¿Por qué me dolía tanto ahora? Oh ya lo sabía: "¡Tal vez porque había pasado todo el maldito día a mi lado!" ¿Tan  poco valía yo que él se había tomado el tiempo de decirle que la amaba aun estando a mi lado? Ese era el motivo por el cual nunca me había dicho que me amaba, porque solo se lo decía a ella.

Mi amiga me escuchó, me dijo lo que yo ya sabía y me dio fuerzas. De pronto algo cambió. Como si despertara de un sueño decidí que ya había tenido suficiente. Sequé mis lágrimas y regresé a la fiesta. Era momento de repartir la comida. Varios amigos, él y yo nos sentamos a comer en el suelo ya que las bancas estaban ocupadas. Conversamos como si nada estuviese ocurriendo. Nuestros amigos se alejaron a saludar y conversar con otras personas. Él y yo estábamos a solas. Lo miré a los ojos con una sonrisa y dije: "necesito hablar a solas contigo." Mi sonrisa reemplazada por la expresión facial más seria que alguna vez alla emanado de este rostro. Luego sonreí de nuevo. "Está bien," respondió, su tono de voz mostraba inseguridad. "Después de la fiesta está bien," dije mientras me levantaba rápidamente y procedía a entablar alguna conversación con otro amigo, dejándolo a solas con sus pensamientos.

Otro amigo recién había comprado un scooter, y como buena persona, él había decidio acompañar a ese otro amigo a pasear por la ciudad un rato. Él me preguntó si quería acompañarlos: "No te preocupes, estoy bien aquí. Ve tú con él," dije parada en el mismo lugar en el que hace unos días atrás él me había dicho cuanto le gustaba. "Espera por mí entonces, yo pasaré a buscarte y te llevaré de vuelta,"respondió antes de irse.

La fiesta terminó y las personas empezaron a irse poco a poco. Al final, terminé hablando con dos amigos que hace poco habían iniciado una relación, "¿cómo hiciste para que él te declarara por fin sus sentimientos?" pregunté, sabiendo que su relación había tomado un poco de tiempo para consolidarse. De alguna manera consideraba que se asemejaba en algo a mi situación. Claro, su novio no había estado diciéndole a otra que la amaba mientras dormía con ella, pero en esos momentos cualquier consejo era bienvenido, ya que el momento de la verdad se acercaba poco a poco. "¿Sabes qué hice?" me respondió mi amiga después de pensar un poco. "¡Le pregunté, mejor dicho, le exigí saber que rayos quería conmigo!" Me sorprendió un poco su respuesta, tan simple, sin embargo tan lógica. Entonces su novio habló, "luego de que ella me lo preguntó directamente, no tuve más remedio que dejar de escapar de mis sentimientos y de decirle la verdad, decirle que la amaba." "Muchas gracias," respondí un poco menos preocupada, "ya sé lo que haré." En otra epifanía, todas las dudas de lo que diría desaparecieron. Ahora me sentía ansiosa por que llegara el momento. Y él llegó a buscarme.

Nos fuimos en su scooter, y llegamos a un lugar en el que nunca había estado antes (todavía no me había tomado el tiempo de explorar el campus universitario). Ese lugar tenía una vista hermosa del resto de la universidad. Desde ahí veía a mi dormitorio. "Ya estamos a solas. ¿Qué querías decirme?" De pronto el corage que había reunido se escapaba de mí. Por fin, luego de mucho debate interno, pude hablar. Decidí empezar contando un poco más de mi pasado. Hablé de relaciones fallidas, de amores y desamores. Le dije todo lo nunca había dicho, le conté como perdí la fe en el amor. Él dijo entenderme. Cuando terminé de explicar, sin tomar un respiro para acobardarme dije: "La razón por la que te traje aquí es porque quiero saber que quieres de mí (agradecí mentalmente a mi amiga por haberme mostrado esa frase antes)." Él me miró un poco confundido y yo seguí hablando. "Todo lo que ha pasado estos días me ha hecho muy feliz, pero normalmente en este punto yo simplemente me alejaría sin decir nada." Lo miré a los ojos y sujeté su camisa. "Pero, siento algo y creo que tú sientes lo mismo cuando me besas. Pero tú tienes una novia esperándote, dijiste que no hablabas mucho con ella, pero no creo que eso sea del todo cierto (decidí omitir la parte del mensaje que había hecho mi corazón en trizas)." Alejé un poco mi mirada. "¡Dime que quieres de mi! Si quieres que sea tu novia, lo seré. Si quieres que todo sea como antes, está bien. Podemos ser amigos, o podemos actuar como si nunca nos hubiesemos conocidos. No hablaré mal de ti a tus espaldas, ni me enojaré por lo que decidas. Sin embargo ¡no puedo seguir contigo mientras ella esté en tu vida! Eso no está bien, yo ya tuve suficiente." Lo miré a los ojos y dije casi llorando, en una voz menos amenazante "¡Por favor! dime ¿qué quieres que haga? " "Por favor no cambies..." respondió por fin, "por favor no me trates friamente, no me alejes de ti, no quiero perderte." "Entonces elige, ya..." dije. "Te escojo a ti," contestó, "Yo quiero algo serio contigo. No voy a seguir haciendo lo que he estado haciendo. Voy a terminar con ella. Es que nunca me ha gustado lastimar a las personas." Me estás lastimando a mi idiota, eso pensé pero nunca lo dije. Seguí seria por un rato, él me abrazó, yo pensé que tal vez me estaba equivocando de nuevo. Y el tiempo pasó como siempre.

Tiempo Después

- ¿ Ya terminaste con ella? -Le pregunté sonriendo luego de besarlo.-
- Todavía no.- respondió sin mirarme a los ojos. - Sigo esperando el momento indicado.
Me echo a reír.-¿El momento indicado? Qué gracioso eres.-
- ¿ Estás enojada?- me dijo mirándome con cara de sorprendido.
- Por supuesto que no. - dije sin para de reír.- Me encanta como me besas a sus espaldas.- respondí viendo la cama en la que estaba sentado.- ¡Claro que estoy enojada!- Exclamé seriamente, para luego seguir riendo.- A decir verdad, debo irme. Háblame cuando haya sido el momento indicado para terminar con ella.

Caminé fuera de su habitación y me dirigí hacía el elevador. Él me siguió. Ya afuera del edificio me apresuré a tomar el bus, que convenientemente iba pasando.

-De verdad estás enojada?- preguntó mientras yo subía al bus
- No, estoy furiosa.- Sonrío y me voy.

¿Por qué sonreí? ¿Has estado tan frustrado alguna vez que piensas "fuck this shit, I am out"? Bueno eso pensé. Parece que cuando ya no tengo paciencia recurro a la risa sin sentido.

Y es que le había dado ya muchas opciones. No es como si estuviese insistiendo en algo que no quisiera. Le dije que podría ser lo que el quisiera ser. Si quería solo ser mi amigo, lo haría; si quería que todo fuese como antes, así sería; si decidía que no quería hablarme nunca más, no me molestaría; pero si quería ser alguien importante tenía que decidirlo, porque yo odiaba ser "nada." Prefería cualquier cosa a la incertidumbre y lo habá dicho muy claramente.

viernes, 26 de febrero de 2016

Para variar

Siempre escribo cosas tristes o deprimentes. Principalmente, porque la mayoría del tiempo escribo porque estoy triste. Pero hoy no, aunque no lo he estado en algún tiempo ya. Hoy quiero escribir algo más personal, algo quasi bonito.

Cuando nací era un bebe relativamente normal. Nunca tomé mamadera, mi madre me alimentó únicamente con leche materna. Crecí con un poco de bajo peso pero aun en el rango normal. Al menos hasta que cumplí dos años de edad más o menos. Luego de ello mi vida y la vida de mi madre, en consecuencia, se volvió algo más que miserable. De la nada y sin ningún motivo apararente era incapaz de mantener comida en mi estómago. Sí, por asqueroso que suene, no podía comer sin vomita. No es que yo me lo provocara ni nada. Simplemente cuando terminaba de comer, era solo cuestión de tiempo y pasaba.

Los días eran horribles. A medida que pasaban las horas la fata de comida hacía que mi estómago se llenara de gases, lo cual a su vez provocaba que no fuese capaz de tomar agua y me deshidratara. Tenía que ir al hospital y pasar la noche internada al menos 4 veces por semana. Aún tengo las cicatrices de las intravenosas que me ponían. Cada vez que estaba al borde de la desnutrición debíamos viajar a la ciudad capital donde era internada en el hospital para niños por al menos un mes.

A pesar de todo, nadie daba una razón. No era una infección, ni había nada mal conmigo aparentemente. Lo llamaron "mala absorción digestiva" y aparentemente no había ningún medicamento que ayudase. Cuando cumplí 4 años aparentemente me mejoré por mi cuenta. Así como llegó la enfermedad se fue. Poco a poco pude incorporar distintas comidas a mi dieta. Sinceramente, esto fue difícil. Verán, cuando cada cosa que comes regresa a tu boca no importa cuanto trates de evitarlo, con el tiempo todo te da asco. Pizza, helado, nuggets, papas fritas, todo era asqueroso para mi. Y esto es lo que hizo la vida de mi madre aún más complicada.

Ahora, vuelvo al tema ¿ por qué pienso que escribir acerca de vómito es algo "quasi bonito" ? Bueno, porque de eso no es de lo que quiero escribir. Cuando era más joven no lo pude ver, y si lo vi no lo pude apreciar. Aun cuando cuando tenía 8 años y le pregunté a mi mamá ¿mami, por qué seguías dándome comida si sabías que iba vomitar todo de todas formas y tendrías que limpiar? No lo malinterpreten, me alegraba que lo hubiese hecho, pero no entendía como alguien podía tener tanta paciencia. No era "solo" darme comida y luego limpiar, sino convencerme de comer durante una hora o más porque como ya mencioné me daba asco la comida, alimentarme con cuchara incluso cuando era alguna bebida y después limpiar luego de todo ese tiempo perdido.

Incluso me sorprende un poco como no le había dado tanta importancia a ello. Ahora pienso en cuantas horas ella tuvo que quedarse esperando sentada en una silla de hospital el tiempo en que yo estaba internada, o la desesperación de ver a su hija cada vez más flaca. 13 libras, eso es lo que pesaba cada vez que iba al hospital, no importa cuanto tiempo pasara o cuanto creciera (lo cual no fue mucho), siempre pesaba 13 libras (5.3 kg). A pesar de eso, jamás la escuché quejarse.

Mientras tanto yo, a medida que crecí gasté tanto tiempo dándole importancia a lo que otros pensaran de mi, en lugar de preocuparme por lo que ella pensaba o sentía. Recuerdo las veces en las que dije comentarios o que actué de formas que la lastimaron, y en lo poco que pensé en ello. Ahora, cuando me preguntan si hay algo de lo que me arrepiento puedo decir con seguridad que no fue aquella vez en la que me peleé con el ex novio que ni siquiera recuerdo, o la vez en la que decidí quedarme hasta tarde en la computadora y no hacer tareas, sino todas y cada una de las veces en la que le hice daño a la persona que desde siempre demostró lo mucho que me amaba. Ahora que solo me puedo comunicar con ella por celular o skype pienso en todas las veces en las que la tuve frente a mi y en lugar de abrazarla como quisiera ahora, le respondí con alguna grosería.

Sería hermoso poder regresar en el tiempo y evitar tantas cosas. Si pudiese regresar y vivir mi vida de nuevo, volvería a cuando tenía 8 años sin pensarlo dos veces. Tengo 19 años, debería pensar en libertad y fiestas, pero ya tengo toda la libertad que podría haber deseado y ahora solo pienso en el tiempo en que no necesitaba libertad, porque ella estaba allí frente a mi y no en un mensaje de texto. Siento que el día más miserable de mi vida será el día en que la pierda a ella.

Y esto es lo más positivo que puedo escribir aun cuando estoy de buen humor.

That Ana... She seems like a very pessimistic person. It is so amazing? how she can transform something kinda cute in something kinda sad. -Everybody who reads this stuff.