viernes, 21 de octubre de 2016

Estoy loca....

Quiero hablarle. Sé que no debo, mi mente me detiene cuando lo intento. Quiero responderle, pero tengo miedo. Quiero decir gracias, pero sé que encontrar motivos para estar agradecida sería resultado de extremo optimismo combinado con  síndrome de Estocolmo.

Aún así quiero hablarle, pero tengo miedo. Tengo miedo de que sea la misma persona que conocí, que no halla crecido un solo día. Que me destruya de nuevo. Han pasado tres años. No puedo creerlo, tres años sin él, cuando un día creí que cada día estaría con él, debo haber perdido mi cabeza en aquel entonces, y aparentemente aún no aparece.

¿Es esto curiosidad? Pero curiosidad no justifica una estupidez tan immensa. Oí que se casó, y me sentí feliz por él. Desee que hubiese encontrado esa persona que le abriera los ojos, alguien que hiciese lo que yo nunca pude. Creo que debe ser síndrome de Estocolmo, ¿cómo puedo desear felicidad para él entre tantas personas? Pero ya no puedo odiarlo, aunque a decir verdad no recuerdo haberlo odiado ni por un segundo. ¿Cómo es que al pensar en él los buenos recuerdos no se ven empañados por todos los desastres? Tal vez el tiempo te hace conservar lo bueno y dejar lo malo atrás.

Quisiera responder, pero aún al concentrarme puedo sentir como se rompió mi corazón aquella vez, como la primera vez. Aún puedo recrear el sentimiento de soledad que dejó cuando me dio la espalda. Todavía me odio un poco por haber salido de esa situación solo porque él no pudo controlar su temperamento. Yo nunca me fui realmente, yo me alejé, me cansé, me llené de rencor, pero nunca fui lo suficientemente fuerte para irme. Y por eso una parte de mi nunca podrá perdonarme. Me traicioné a mi misma por tanto tiempo que casi me perdí.

Me hizo depender tanto de él que cuando se fue un día yo no sabía como vivir. Sin embargo, yo ya lo sabía, desde un tiempo antes sabía que se acabaría, pero nunca creí que sería él el que se iría. Recuerdo como me repetí a mi misma que tenía que ser fuerte y distanciarme, pero para ese entonces no era lo suficientemente fuerte para dejarlo. En retrospectiva qué tonta fue aquella decisión de tener una relación sincera. Una relación sincera con la primera persona que apareciera.

Y es que el amor para mi siempre fue una decisión. Desde aquella persona que nunca nombro que destruyó mi capacidad de sentir afecto hace ya 7 años, el "amor" siempre fue una decisión para mi. Conocer a una persona y caer enamorada sin darme cuenta es un sentimiento que desconocía hasta hace poco. Antes, bastaba con decir "no quiero sentir nada" y aquella persona se convertía en nada para mí. Realmente, no sentía nada. Que persona más fria debo haber sido. Algún día contaré las historias de crueldad que seguramente influenciaron mi "karma."

Un día, a los 16 años de edad decidí que era tiempo de dejar de jugar. Me había aburrido de no sentir nada "especial" por nadie. Luego de un par de decepciones, lo encontré a él casualmente por la calle, un viejo conocido. Y por segunda vez en mi vida dije, "voy a amar a esta persona." Y así fue, desde el primer día. Aún ahora me pregunto si tomar esa decisión fue lo que marcó todo, porque en ese entonces creía que para amar y ser feliz, solo se necesitaba estar en una relación verdadera (no como con todos los "novios" que había tenido anteriormente. Pero eso es otra historia...). De verdad no tenía idea de como funcionaban las relaciones. Me sentí feliz por un tiempo, porque por primera vez había una persona, solo una persona que estaba solo para mí. Así inocentemente (estúpidamente) me acostumbré a él. Luego fue difícil darme cuenta de lo que estaba mal.

Pero ahora lo recuerdo... ahora recuerdo todo lo que estaba mal... desde el principio. Creo que si existiese una cantidad predeterminada de malas decisiones que puedes cometer en la vida, la habría gastado toda en esos 8 meses que estuve con él. Pero aún así sonrío al pensar en lo que sentí, a pesar de que todo estaba mal, yo fui feliz a instantes, cortos instantes, intercalados con sufrimiento y problemas. Pero esos instantes se sintieron reales, fue lo único que se sintió real luego de todo lo que pasó con Max.


23-06-2016
no se... hola? como estas por alla?
me recuerdas?
o almenos al estupido q te trato horrible?
bueno quisiera tener una conversacion contigo en plan (disculpas)
De todos modos, me gustaría hablarle como a un amigo con el que comparto tantos recuerdos.

23-06-2016
mmm bueno me dices
si se puede o almenos el no para no esperarla saludos
Pero luego me doy cuenta que algunas personas no cambian tan rápido, incluso si lo intentan. Y que él parece ser el mismo. Y si es el mismo, ya sé como todas sus conversaciones terminan.

Quisiera hablar con él, pero no lo haré porque sé que encontraré a la misma persona que una vez conocí.

*Por cierto Max es un mitómano (no, no estoy exagerando. Él ha mentido incluso respecto a su nombre, sus relaciones, sus gustos, cosas simples, y cosas complejas. Simplemente no lo puede evitar y todos a su alrededor lo saben). Es probablemente la persona que mas me ha mentido en toda mi vida, pero también es probablemente una de las personas que más estuvo allí en situaciones difíciles para escucharme y siempre responder lo que yo necesitaba. Digamos que las cosas que escribo en el blog ahora, en el pasado se las hubiese contado a él por teléfono, incluso si demoraba horas hablando, él siempre escuchaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario