Normalmente me llaman la atención por muchas personas al mucho tiempo ya sea por su físico, personalidad o su no "sé qué". Cuando es así trato de acercarme a ellos pero sin tener ninguna preferencia en especial pero con él es diferente, en primer lugar ni siquiera me sentía atraída al principio. Fue su amigo el que me incluyó a su grupo pero él fue el primero en hablarme amablemente en mi salón de clases. Justo el día después de mi último y grave episodio de depresión vino éste chico me miró, sonrió e inició una conversación conmigo. Ellos me vieron cuando la única forma de hacerme notar era prácticamente acosando a otras personas; de otro modo me sentía invisible en ese lugar, era horrible. El día anterior había decidido abandonar la universidad acá porque no soportaba estar sola y ahora no quiero irme nunca, cada día se ha vuelto tan divertido para mi que pensar que en menos de dos meses me iré y posiblemente nunca vuelva a éstos día me hace difícil no llorar.
Ellos no conocen ese lado de mí, no saben lo insegura que soy y lo perdida que suelo sentirme o lo fácil que es perjudicarme. Tampoco saben el bien que han hecho por mi. Tendré valor y se los diré antes de irme, quiero que lo sepan, pero el miedo a que me lastimen es lo que evita que haga muchas cosas.
Me siento feliz, seguiré así. El viernes 21 de marzo decidí no deprimirme, y me esforzaré por continuar de ese modo.
A veces pienso que no sé lo que es el amor. Siento algo, algo fuerte, pero algo que también puedo sentir por otra persona. Creo que tengo los sentimientos, pero no tengo a alguien que se adueñe totalmente de ellos.
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