domingo, 13 de abril de 2014

Un domingo cualquiera...

Estoy sorprendida de lo fácil que es ser "yo misma" en este lugar. No soy capaz de mostrar una imagen o publicar fotos de mis vacaciones como he visto en otros "blogs". Pero lo que muestro aquí es muy diferente a todo lo demás: mi alma. Todo lo que escribo aquí es cierto: mi felicidad, mis dudas, mis temores, mis amores, mi depresión, mi locura, mi cordura, mis reflexiones, mis historias, mis poemas... Creo que eso es lo que soy, éste es mi medio de escape; jamás he podido ser tan sincera con alguien como lo soy con este sitio donde mis pensamientos están expuestos al que tenga el atrevimiento de leerlos.

A veces cuando alguien me dice que realmente desea conocerme pienso que permitirle leer mi blog es la única forma en que podría entenderme, soy incapaz de decir muchas cosas pero soy capaz de desahogarme en éste sitio. Antes me era fácil revelarle su existencia a cualquiera que se acercara a mí, pero últimamente con tanta depresión y sonrisas falsas pienso que tendría mucho que explicar si hiciera eso; ya no creerían mis "estoy bien" o simplemente pensarían que estoy loca... Cosa que nunca he puesto en duda. Tal vez no lo haga porque si lo hiciera me gustaría pensar que esa persona me salvará cuando esté triste o me apoyará en alguna de esas crisis secretas de las que pocos se enteran... mientras pienso eso, la voz de "ella" me repite: "no lo harán, les dará igual o simplemente ni siquiera se fijarán ya que luego del primer día leyendo se aburrirán."

Así que decidí que solo compartiría mis verdaderos pensamientos con alguien en quien confíe plenamente... o al menos eso pensaba hasta que ella habló: Si comparto ésto con alguien en quien confíe, desearé que él me salve en mis peores momentos; mas él no lo hará y poco a poco perderé esa confianza.

Hace un tiempo descubrí la "dualidad" de mi personalidad; por un lado la chica alegre que intento presentarle a todo el mundo, la confiada, la segura, la divertida; y por otro lado está "ella": La que me susurra al oído mis inseguridades en cada momento, la tímida, la desconfiada, la acomplejada, la llorona, la triste, la deprimida. Cuando le hablé a mi amiga de la existencia de "ella" me dijo que le pusiera un nombre, estuve atenta a su voz todo un día y decidí nombrarla "Lucía" porque "Lucí­a proviene del término latino "lux", luz. Antiguamente se designaba con este nombre a las niños que nacían al alba". En mi opinión ese nombre representaría la alegría y la dicha de la luz, todo lo que ella no es; para mí ella es oscuridad y por eso es que encaja tan bien. 

Ya antes he escrito sobre mi personalidad y mis sentimientos (por si a alguien le importa)...
Días como hoy
Reflexiones de una niña complicada

"Las personas suelen preguntarme ¿cómo estás?, solo debo responder bien gracias y nunca ponen en duda esas palabras y aunque parezca algo tonta me molesta que sea así. Yo nunca he mentido cuando me dicen: Se nota que no estás bien, no hace falta mentir (bueno solo a mi madre). Pero en general soy bastante transparente con mis defectos, con mis traumas, con mis problemas; solo que nunca nadie tiene la osadía de decir: Tu sonrisa es falsa, pero me importas, así que dime ¿por qué estás tan rota?... Si tan solo alguien viese debajo de esta máscara..."


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