lunes, 3 de febrero de 2014

No todo es tan rosa como el fondo del blog...

Creo que en este momento me siento lo suficientemente mal como para ser sincera. 



¿Por dónde debería empezar?... Empezaré por cómo me siento: Me duele el pecho, mis manos están dormidas, me cuesta respirar y quiero llorar. Estuve un rato encerrada a oscuras en mi habitación y me sentí mejor, pero al salir siento que poco a poco me voy ahogando. Quisiera tener alguna forma de escapar ahora mismo, algún motivo para reír. Algo que le dé sentido a mi vida, algo que esté aquí ahora, no la esperanza de un futuro mejor. Estoy en el punto en el que ni mis pasatiempos me interesan, creo que solo escribir me ayudaría un poco. Aunque ésto tampoco es del todo cierto, mi forma de escribir en éstos momentos es errática y ambigua, posiblemente redundante; no hay forma de que pueda poner en orden mis ideas. 

En momentos así me gustaría tener a alguien que pudiese entenderme y que se interesara por mí. Hablé con Andrea pero ella está en la misma situación, encerrada en su cuarto ahogándose en sus propios conflictos internos. Aún si alguien me hablara, fingiría estar bien para no dar explicaciones porque un "ya veo", "que mal", "ahh ya", o cualquier otra frase de desinterés serían letales para mí en éstos momentos. 

Hacía mucho tiempo no me sentía así: frustrada, débil, triste, desinteresada, abrumada por la realidad. Antes era común sentir ganas de llorar en todo momento, encerrarme en mi cuarto y cuando estaba en el colegio irme de mi salón de clases e ir al baño a llorar. Yo nunca he tenido a alguien a quien acudir en momentos así, por eso termino yo sola tratando de calmarme y posteriormente sonriendo y fingiendo que todo está perfecto. Por eso mismo no me gusta ser pañuelo de lágrimas de alguien más, porque esas mismas personas nunca están cuando las necesito. Siempre que he deseado que aparezca alguien en algún momento de tristeza he levantado la mirada y me he enfrentado a la realidad: estoy sola, nadie vendrá a salvarme de esto. Así es la vida o te defiendes solo o te dejas morir. Para ser una especie tan "sociable" parecería increíble la falta de apoyo que tenemos.

Quisiera irme de aquí, ir a un parque y mecerme en un columpio lo más alto que pueda cerrar los ojos, gritar y olvidar todo; despertar un día y no sentirme completamente sola; reír como si todo en mi vida fuese perfecto; ir a un restaurante y comer hasta estar feliz; comer helado de galleta y sirope de chocolate hasta no poder más (y tal vez terminar intoxicada en el hospital); bailar alguna canción como si fuera toda un coreógrafa; cantar y que suene feo pero con sentimiento; darle un beso a alguien y perder la noción del tiempo; caminar lentamente bajo la lluvia y reírme de los que corren a escapando del agua; viajar en un bus con mis audífonos puestos, mirando por la ventana y navegando en mis propios pensamientos; ir a nadar y flotar con los ojos cerrados hasta llegar a algún océano. Quiero sonreír y que sea una sonrisa sincera, decir soy feliz y sentirlo desde el fondo de mi corazón.

Al ver a tantas personas en el mundo con problemas peores que los míos me siento culpable, pero aún así no estoy bien... Sé que en este momento hay alguien allá afuera que sufre más que yo, pero ¿debería reconfortarme eso? ¿Ése es suficiente motivo para ser feliz? Pues no, porque si yo no me preocupo por mí misma nadie lo va a hacer. 

Creo que hay días buenos y hay días malos pero en mi caso no son días: son horas, son minutos. Puedo estar feliz un momento y al siguiente sentirme totalmente deprimida como ahora. Mi estado de ánimo es realmente muy variable y con cada cambio actúo como una persona diferente; sé que soy complicada, tal vez por eso los que llegan a conocerme de verdad se aburren de mí y se van. Lo peor es que sé que es mi culpa y ya me he acostumbrado a ello; me repito que debo guardar cada momento feliz como un recuerdo y no sentirme mal cuando esa persona se aleje. Hace tiempo dejé de pensar en el futuro cuando se refiere a mantener cualquier tipo de relación con otra persona: los novios te lastiman y se vuelven tus peores enemigos al cabo de un tiempo y tus amigos te dejan solo cuando encuentran a alguien más interesante, dejan de iniciar conversaciones, de responder mensajes, de salir contigo; se alejan poco a poco hasta que se vuelven perfectos extraños. 

Yo solía hacer cualquier cosa por un amigo o amiga sinceros, pero ahora solo trato de mantener algo de distancia, como si esperara lo inevitable y tratara de amortiguar el golpe. Aunque en el fondo sigo esperando a que llegue alguien que no se vaya de mi lado y solo pensar que a estas alturas y luego de repetir tantas veces que seré lastimada, yo aún así quiera y espere a alguien diferente me hace llorar, porque no quiero hacerlo, no quiero esperar nada de nadie, pero no puedo evitar hacerlo y me odio por eso. Lo único que quiero sentir es: nada... No esperar nada de nadie y no decepcionarme nunca.

Lo peor de mi tristeza es que no tengo ningún motivo, mi vida no es mala, los problemas en mi hogar son soportables, no tengo otros problemas o circunstancias graves fuera de casa. Mi único problema es que no soy feliz...


Luego de escribir, no siento que nada halla cambiado, me iré a dormir...



No solo no puedo dormir, sino que me siento peor... Solo puedo llorar y no sé porqué y mi manía de morder mi labio inferior para tranquilizarme va a hacer que me lastime... Ya quiero que mi humor cambie nuevamente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario