martes, 20 de mayo de 2014

¿Adivinen quién está enojada de nuevo?

Ésta vez tengo motivo, solo diré "las personas y su super poder de no estar presente cuando se les necesita"... Decidí que yo tampoco estaré cuando me busquen, ya es suficiente. Lamento si nuevamente escribo algo malo, pero ahora no hay nada bueno que pueda decir sobre él o si lo hay, pero no encuentro palabras ahora. Es una lástima que el último día que lo vea sea de esta manera. La vida es así.

En otras noticias, me pusieron dos vacunas hoy, me duelen los hombros. *Abraza sus piernas y llora
Pasé toda la tarde buscando la maleta de mano para el viaje, y por fin, luego de 4 horas la compré (me alegra haber salido de eso). Estoy comprobando que el tiempo es relativo, ya lo sabía pero nunca había llegado hasta éste extremo, siento que mis días duran 6 horas.

Creo que soy demasiado perceptiva, a veces me gustaría ser un poco más despistada con las personas. Solo necesito un mínimo detalle, una frase rara o un comportamiento extraño y hace entrada esa sensación, que a diferencia de lo que podrían pensar no es consciente. Es un vacío en el estómago y un nudo en la garganta que aparecen cuando sospecho algo, es mi instinto manifestándose. A veces yo misma intento acallar esa sensación y esa vocecita que grita "es raro, sospechoso, oculta algo" pero me es casi imposible, y aun cuando lo logro tiempo después ocurre algo que confirma mis sospechas y la vocecita victoriosa celebra, y yo le prometo creerle más la siguiente ocasión.

Las mentiras existen para hacer sentir bien a las personas, ya sea el que las dice o el que las escucha. Lo doloroso es que descubran la mentira. Lastimosamente soy experta en eso, preferiría vivir en una esfera de cristal sin preocuparme ni fijarme en otros y jamás verme afectada por sus acciones, pero lastimosamente es todo lo contrario en mi caso.

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