Me quedan trece días en mi país. Recuerdo cuando empecé a contar en el día 80 y algo y luego cuando llegué a 50 y ahora en menos de dos semanas, mi vida cambiará por completo. No hace falta decir que estoy nerviosa, durante mucho tiempo odie mi vida y quise escapar pero ahora conocí personas tan maravillosas que quisiera que el tiempo se detuviese o al menos dejara de correr tan rápido para no decir adiós tan pronto. Pero yo sabía que esto pasaría, sabía que si entraba a la universidad iba a conocer personas, sabía que si me acercaba a esas personas iba a hacer amigos, sabía que si hacía amigos los iba a extrañar, sabía que si los extrañaba sería más difícil irme; y aun así lo hice, y no me arrepiento.
Hoy pasaron cosas fuera de lo normal, y me siento algo extraña. No sé como llamar a esta emoción y aun si conozco el nombre no quiero escribirlo aquí. En este momento tantas personas me aprecian y se preocupan por mi que es extraño, siento que no lo merezco, es como dice Andrea tengo rostro de inocente y devastada alguien que solo merece y necesita amor, o mejor dicho un salvador y es mi culpa eso. Pero qué puedo hacer si es mi forma de actuar, es lo más sencillo. Solo mis amigas me conocen por completo, al resto le oculto selectivamente cosas para no lastimar a nadie. Algo me dice esta mal debes ser sincera pero esa voz es muy débil comparada con la conclusión que se repite: cuando le dices algo a alguien ¿Por qué lo haces? ¿Por que está bien? ¿Hará algún bien que lo digas?... Para mí es preferible callar para no lastimar que decir la verdad por culpa.
Bueno, tampoco es como que maté a alguien, y como dice mi madre: "Si no tienes nada bueno que decir muerdete la lengua". Cuando era una niña solía meterme demasiado en conversaciones adultas, también hablaba de más; a medida que fui creciendo muchas veces me enojaba y decía cosas crueles, o contaba mis secretos y luego esa "sinceridad" me afectaba; así que prácticamente crecí con ese dicho, no sé si pueda tener algún efecto negativo pero la desventaja de eso es que a pesar de mis momentos de depresión, malhumor, enojo... yo siempre trato de decir: no estoy bien, y no molestar más o de incluso fingir que nada pasa y dejar que todo se acumule y se acumule hasta que ya no soporte fingir más; una de mis tantas prácticas autodestructivas. Tengo mucho que escribir e incluso quería hacer otro poema, pero el sueño puede más que yo así que quedo debiendo el poema.
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